Por Kristen Carter
Cuando a Dawn Oswald le diagnosticaron un cáncer de mama en fase inicial en 2008, su primer impulso fue seguir con el tratamiento lo antes posible para poder seguir trabajando como auxiliar de terapia ocupacional. "La mayor parte de mi vida he dado prioridad a las personas. Es mi naturaleza solidaria", afirma.
Tras la quimioterapia y un mes de radioterapia, volvió al trabajo. Tomó medicación durante diez años para evitar que el cáncer reapareciera y poder seguir trabajando. "Necesitaba volver al trabajo para ayudar a mis pacientes a mejorar", explica. Mientras tanto, criaba a sus cuatro hijos.
No fue hasta diez años después, cuando a Dawn le diagnosticaron le diagnosticaron un cáncer de mama en estadio 4Cuando le diagnosticaron un cáncer de mama en estadio 4, "volvió a ver la vida" y se dio prioridad a sí misma. En los últimos cinco años se ha regalado a sí misma y a su marido varios viajes, tres de ellos a Hawai y varios cruceros. Incluso compró una casa en la playa, donde puede sentarse en el porche y ver el agua y los barcos pasar, lo que le da paz. Descansa cuando lo necesita y vive al día.
Las mujeres tienden a ser las ayudantes del mundo
Dawn no es la única que se preocupa por ayudar a los demás. Las mujeres están, por término medio, más centradas en la "preocupación por los demás", según estudios divulgados por LibreTexts™y "son más propensas que los hombres a ayudar en situaciones que implican cuidado y atención a largo plazo, sobre todo en relaciones estrechas" como la familia y la amistad. Las mujeres también son más propensas que los hombres a participar en ocupaciones y comportamientos comunitarios como el voluntariado o la ayuda a las familias.
En la mayoría de los países, si no en todos, las mujeres están socializadas para cuidar de los demás. Además de trabajar, la mayoría de las mujeres se ocupan de sus hijos y de las obligaciones familiares. Un número cada vez mayor de mujeres se ocupa también de sus padres ancianos.
En todo el mundo, las mujeres realizan de media tres veces más trabajo de cuidados no remunerado que los hombres, según el grupo internacional de consultoría McKinsey & Company. En Estados Unidos, incluso entre las mujeres que obtienen la mayor parte de los ingresos de su hogar, el 43% de las mujeres que son las principales fuentes de ingresos del hogar siguen realizando todas o la mayoría de las tareas domésticasfrente a sólo el 12% de los hombres. En algunos países como la India, las mujeres realizan casi diez veces más trabajo de cuidados no remunerado que los hombres.
El reto para las mujeres es aún mayor gracias a las repercusiones económicas del COVID-19; en EE.UU., por ejemplo, el tiempo que las mujeres dedican a las responsabilidades domésticas aumentó entre 1,5 y 2 horas al día, según un estudio de
Cambiar el paradigma
Algunas de las soluciones a estos problemas se encuentran a nivel nacional, estatal, comunitario y empresarial. Pero hay medidas que puedes tomar para recuperar el tiempo que dedicas a ayudar a los demás y que puedes utilizar para cultivar yoc
Las investigaciones demuestran que dedicarte tiempo a ti mismo no sólo es bueno para ti, sino también para tu familia y tu lugar de trabajo. Si estás quemado o has perdido interés por tu carrera o tu familia, no es bueno para nadie.
Ideas para cuidarse
Aquí tienes una docena de formas de priorizarte a ti mismo y a tu salud:
Escríbete una carta de perdón, absolviéndote de cualquier culpa que sientas por no haberte dado más prioridad en el pasado. Empieza con una pizarra limpia y positiva.
Empieza a convertirte en tu prioridad, aunque sólo sea durante un rato al día.
Deja de castigarte. Silencia esa voz crítica interior que te dice que tienes que ser perfecta. Piensa en ti misma como el tipo de persona que es amable y gentil consigo misma.
Haz algo, aunque sea pequeño, que te haga sentir bien cada día.
Dedique tiempo a descansar. Incluso unos minutos de respiración profunda te ayudarán.
Dormir bien. Los expertos recomiendan evitar las pantallas antes de acostarse, mantener la habitación lo más oscura posible y acostarse y levantarse a la misma hora cada día.
Empezar a meditar. Sólo cinco minutos pueden marcar una gran diferencia. Si cinco son demasiados, empieza con un minuto en el que respires lentamente y calmes tu mente. Si te asaltan pensamientos, imagina que los metes en globos y los dejas flotar.
Ejercicio. Dé un paseo. Haz estiramientos. Acompañe a un amigo o familiar a dar un paseo y charlar. Si tienes hijos, únete a ellos para hacer algo divertido y físico.
Empiece a planificar sus futuras vacaciones. La mitad de la diversión está en la planificación.
Pídele a un familiar o colega que también luche con el autocuidado que sea tu compañero de responsabilidad y responsabilizaos mutuamente de encontrar "tiempo para mí".
Lleva un diario de autocuidado: anota lo que has hecho para cuidarte y cómo te has sentido. Si llevas uno, añádelo a tu diario de hábitos. O simplemente pégalo en un post-it donde lo veas a diario.
Aprende a decir no. Un no a las peticiones de ayuda de los demás es lo mismo que decirse SÍ a uno mismo. Puedes intentar algo como: "Me gustaría ayudarte, pero ahora mismo necesito cuidarme". Lo más probable es que la otra persona no sólo acepte tu explicación, sino que te respete por ello.
Empieza poco a poco. Elige una cosa de la lista e inténtalo durante unos días. A ver qué pasa. Aproveche lo que funcione y aprenda de lo que no. Los estudios demuestran que los pequeños cambios que se pueden mantener son más eficaces que los grandes objetivos.
Últimas palabras
Ignorar tus propias necesidades demuestra a los demás que te parece bien. En lugar de eso, demuestra a tu familia y a tus compañeros que te valoras a ti mismo y a tu salud lo suficiente como para poner límites a lo que regalas y a lo que proteges para ti.
"No fue hasta que me diagnosticaron estadio 4 que me di cuenta de que que necesitaba cuidarmedijo Dawn. "Incluso seguí trabajando durante 15 meses antes de jubilarme oficialmente. Sí, fue duro al principio, pero ahora estoy bien y disfruto de mi vida."
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Biografía del autor:
Kristen Carter es coach certificada con formación en comunicación. Le diagnosticaron cáncer de mama en estadio cero en 2008 y cáncer de mama metastásico en 2018. Escribir para SBC -compartiendo herramientas que la ayudan a ella y a otros a sobrellevar y prosperar- es una salida creativa para ella y una que le da un sentido y un propósito. Puede ponerse en contacto con ella en kristen@survivingbreastcancer.org.
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