El ejercicio desempeña un papel crucial en la recuperación de las personas diagnosticadas de cáncer de mama. Realizar actividad fÃsica durante y después del tratamiento ofrece numerosos beneficios que repercuten positivamente en la salud fÃsica, el bienestar emocional y la calidad de vida en general.
Beneficios del ejercicio durante la recuperación del cáncer de mama
Mejora de la fuerza y la función fÃsicas: El ejercicio regular ayuda a mantener la fuerza muscular, la flexibilidad y la función fÃsica general, combatiendo los efectos de los tratamientos contra el cáncer que pueden provocar debilidad muscular o movilidad reducida.
Reduced Treatment Side Effects:Â Exercise may alleviate common side effects of breast cancer treatment, such as fatigue, nausea, and neuropathy, improving overall tolerance to therapies.
Mejora de la salud mental: La actividad fÃsica está vinculada a la reducción de la ansiedad, la depresión y el estrés, promoviendo una mentalidad positiva y el bienestar emocional durante un perÃodo difÃcil.
Mejora de la calidad de vida: Hacer ejercicio con regularidad contribuye a mejorar la calidad de vida, ya que aumenta los niveles de energÃa, mejora el sueño y fomenta la sensación de control y autonomÃa.
Tipos de ejercicio recomendados para la recuperación del cáncer de mama
Ejercicio aeróbico: Actividades como caminar a paso ligero, montar en bicicleta, nadar o bailar elevan el ritmo cardÃaco y favorecen la salud cardiovascular.
Entrenamiento de fuerza: Los ejercicios de resistencia con bandas o pesas ayudan a mantener la masa muscular y la fuerza, combatiendo la pérdida de masa muscular que se experimenta a menudo durante el tratamiento.
Flexibilidad y estiramientos: El yoga, el pilates o los ejercicios de estiramiento aumentan la flexibilidad, mejoran la postura y reducen la tensión muscular.
Recomendaciones y consideraciones sobre el ejercicio
Consulta con los profesionales sanitarios: Dar prioridad a las conversaciones con los proveedores de atención sanitaria antes de iniciar un régimen de ejercicio, especialmente durante las fases de tratamiento, para garantizar la seguridad y la idoneidad.
Progresión gradual: Empiece despacio y aumente gradualmente la intensidad y la duración del ejercicio para evitar sobreesfuerzos o lesiones.
Enfoque individualizado: Adaptar los ejercicios a las preferencias personales, teniendo en cuenta las capacidades fÃsicas, los niveles de forma fÃsica y cualquier limitación especÃfica relacionada con el tratamiento.
La clave es la constancia: Intente realizar sesiones regulares de ejercicio de intensidad moderada, con un mÃnimo de 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de ejercicio intenso a la semana.
Crear una rutina de ejercicios
Calentamiento y enfriamiento: Incorpora ejercicios de calentamiento y enfriamiento antes y después de los entrenamientos para preparar el cuerpo y prevenir lesiones.
Actividades cuerpo-mente: Actividades como la meditación, la atención plena o el yoga suave pueden complementar el ejercicio fÃsico, abordando el bienestar emocional y mental.
Apoyo social: Participe en clases de ejercicio en grupo o busque el apoyo de amigos y familiares para mantenerse motivado y comprometido con una rutina de ejercicios.
Conclusiones: Potenciar la recuperación del cáncer de mama mediante el ejercicio
El ejercicio es la piedra angular de la recuperación de las supervivientes de cáncer de mama. Sus múltiples beneficios, desde la fuerza fÃsica hasta la resistencia emocional, subrayan la importancia de integrar el ejercicio regular en el plan de recuperación del cáncer de mama. Adaptar un régimen de ejercicio a las necesidades individuales y buscar la orientación de los profesionales sanitarios puede maximizar el impacto positivo del ejercicio en el bienestar general durante y después del tratamiento del cáncer de mama.