Como parte del tratamiento del cáncer de mama, muchas supervivientes toman bloqueadores de estrógenos, y aunque el estrógeno se conoce comúnmente como una "hormona sexual", también desempeña un papel realmente importante en nuestro metabolismo. Por eso, para muchas mujeres, con o sin cáncer de mama, puede ser más difícil perder peso o mantenerlo después de la menopausia. Cuando los bloqueadores de estrógenos hacen que las supervivientes de cáncer de mama más jóvenes entren en la menopausia prematuramente, puede parecer que "las cartas están en nuestra contra" cuando se trata de controlar el peso. Además, el estrés de un diagnóstico de cáncer de mama puede provocar más cortisol, la "hormona del estrés", en nuestro organismo, lo que dificulta aún más la pérdida de peso.
Incluso si el ejercicio le parece una tarea de Sísifo para intentar perder peso, recuerde que hay muchos otros beneficios del ejercicio más allá del número en la báscula. El ejercicio puede ayudar a regular las hormonas, mejorar el estado de ánimo, la fuerza y la salud cardiovascular, y ser una oportunidad para conectar con los demás. Si quieres incorporar más movimiento y actividad a tu vida, únete a nuestra serie de Lunes de Movimiento con Yoga Nidra el próximo lunes 19 de julio.
Estas son algunas cosas que hay que tener en cuenta al hacer ejercicio durante el tratamiento.
Habla siempre con tus médicos y especialmente con un especialista en linfedema antes de embarcarte en un programa de ejercicios. Es posible que te recomienden que te pongas una manga de compresión para ayudar a minimizar la hinchazón del brazo.
La rutina que solía hacer antes del cáncer puede no ser apropiada durante el tratamiento. Tu médico también puede ayudarte a aclarar qué ejercicios puedes hacer por tu cuenta y cuáles puedes necesitar la ayuda de un fisioterapeuta. Más información.
Un nuevo estudio se ha centrado en los efectos del ejercicio y la actividad física en supervivientes posmenopáusicas de cáncer de mama que toman inhibidores de la aromatasa (IA), fármacos de terapia hormonal que detienen la producción de estrógenos. El trabajo concluye que una combinación de ejercicios de resistencia y aeróbicos ayuda a mitigar los efectos secundarios de los IAs y mejora los resultados de salud en las supervivientes de cáncer de mama, en particular su composición corporal. Más información.
Las supervivientes de cáncer de mama y el ejercicio en grupo (IDEA Health & Fitness)
El ejercicio también puede ser una forma de socializar y conectar con otras personas cuando se participa en clases de fitness en grupo.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Colorado descubrió que el ejercicio en grupo diseñado específicamente para personas supervivientes de cáncer de mama producía más mejoras en la calidad de vida que una programación de ejercicio similar dirigida por entrenadores personales. Además, los participantes en las clases de ejercicio en grupo eran más propensos a seguir con sus rutinas de ejercicio.
"Aunque las medidas de aptitud física de todos los sujetos mejoraron, los participantes en el entrenamiento en grupo experimentaron medidas más altas de actividad física general y calidad de vida". Más información.
Ejercicio y cáncer de mama (Johns Hopkins Medicine)
El ejercicio no tiene por qué ser intenso para ofrecer beneficios. Incluso una actividad suave como caminar a diario puede mejorar el bienestar emocional y físico durante el tratamiento del cáncer. Escuche a su cuerpo y lo que necesita; esto puede cambiar de un día para otro. Si ya hacía ejercicio con regularidad antes del tratamiento, siga haciéndolo cuando se sienta capaz y descanse cuando el cuerpo se lo pida.
A medida que vaya superando el tratamiento y entrando en la fase de supervivencia, querrá tener en cuenta los beneficios de cada tipo y desarrollar un plan de ejercicio físico que se adapte a usted. Los ejercicios cardiovasculares como correr, montar en bicicleta o nadar pueden ser útiles para controlar el estrés y mantener una sensación de bienestar. Más información.