Por Mandy Richardson
Eres demasiado joven. No tienes antecedentes familiares de cáncer en mujeres menores de 50 años, sólo posmenopáusicas. El cáncer no suele ser doloroso. Estás amamantandoestás sana. Todos estos pensamientos y más son tan tranquilizadores para una madre de 33 años con un hijo de 6 años y otro de 7 meses que habÃa estado lidiando con un "conducto lácteo obstruido persistente". Tanto, de hecho, que Me apoyé en estas palabras tranquilizadoras a pesar de que el bulto era cada vez más grande y doloroso.
Vi a mi ginecólogo a finales de junio de 2021 por lo que determinamos que era un pequeño conducto obstruido. Lo habÃa notado unas tres semanas antes. Ya habÃa tenido conductos obstruidos con mi primer bebé. Este me pareció un poco diferente, lo que me llevó a pedir cita. Pero después de un examen manual, la enfermera llegó a la misma conclusión que yo (que no habÃa de qué preocuparse). Me dio algunas sugerencias para masajearlo y me dijo que volviera a llamar si tenÃa fiebre. Nunca tuve fiebre, asà que lo dejé pasar. Pero seguÃa creciendo. No tenÃa problemas de suministro, asà que no estaba tan segura de que fuera una obstrucción.
Programé mi examen anual con antelación y me centré en ello. Mi ginecólogo me recetó antibióticos porque el bulto era bastante visible en la parte inferior del pecho y tenÃa un aspecto muy "enfadado". Era un tratamiento de 10 dÃas de antibióticos, pero volvà a llamar al cabo de ocho dÃas al no notar ninguna mejorÃa. Cuando llamé, por fin pude programar una ecografÃa. La enfermera estaba segura de que podrÃan aspirarlo en la consulta. Pero no pudieron.
La imagen de la ecografÃa mostraba lo que parecÃa ser una masa no sólida. Ahora sé que probablemente se trataba de bolsas de leche materna alrededor de la masa. Gracias a la ecografÃa, la enfermera insertó una aguja larga en la masa para intentar drenarla. En el primer intento sólo salió sangre. Lo mismo ocurrió con el segundo. En lugar de agujerearme, consideró que el procedimiento no habÃa tenido éxito y decidió enviarme a que me hicieran más pruebas de imagen.
Me enviaron a hacerme una ecografÃa formal, que determinó que el bulto era sólido. Aun asÃ, nadie mencionó la palabra con "c". Me dijeron que las mujeres lactantes tienen masas benignas todo el tiempo. Asà que SeguÃa bastante tranquila, incluso cuando programamos la biopsia con aguja gruesa.
Hasta cuatro dÃas después.
Los resultados llegaron a través de la aplicación del portal en mi teléfono, antes de que el médico pudiera llamarme. No sabÃa lo que significaba el grado 3. No entendÃa los porcentajes que aparecÃan. Pero entendà la palabra "carcinoma". El cirujano acabó llamando. No recuerdo mucho de la conversación, aparte de que tenÃa un tumor grande y agresivo y que un oncólogo me llamarÃa pronto. Esperé dos dÃas antes de llamar al centro de mama y me dijeron que todos estaban "muy ocupados" y que alguien me llamarÃa pronto. Decidà que ya habÃa esperado bastante, dejé que un familiar moviera algunos hilos y encontré un nuevo médico.
Al dÃa siguiente conocà a mi nuevo cirujano y a mi oncólogo médico. Me explicaron que mi tumor medÃa 5,7 cm y era ligeramente positivo al estrógeno. Dijeron que se estaba comportando de forma agresiva y más en lÃnea con cáncer de mama triple negativo (CMTN)y querÃan tratarlo como tal. Como era tan grande, el plan era hacer primero quimioterapia. El objetivo para mi fecha de inicio era dos semanas y media, justo antes de Acción de Gracias. Entonces no sabÃa que, en algunos casos, la gente espera varias semanas para empezar el tratamiento. Pregunté si estarÃa bien esperar tanto. Mi oncólogo dijo que de dos a tres semanas estarÃa bien; de dos a tres meses, no.
Tuve que programar mi escáner PET, una mamografÃa (nadie podÃa creer que no se hubiera hecho ya), otra ecografÃa, un electrocardiograma y la colocación de mi puerto de quimioterapia. Todo seguÃa atascado por los cierres debidos a la pandemia y la mayorÃa de los centros estaban programando citas para mediados de diciembre.
Llamé y volvà a llamar.
Supliqué y lloré.
Mi marido me llevó en coche a clÃnicas hasta casi dos horas en una dirección, y luego de vuelta una hora en la otra, sólo para que me hicieran todas las pruebas. La ecografÃa sugerÃa una posible actividad de los ganglios linfáticos, y el PET detectó una masa en la zona de mi ovario derecho. Mi oncólogo ordenó análisis de sangre. El análisis de sangre CA 27.29, que puede detectar un cáncer de mama, dio un resultado alto, como era de esperar. Pero me hizo otro análisis, uno que podrÃa indicar cáncer de ovario (CA 125), que también resultó elevado.
Mi hija tenÃa once meses y, a pesar de todos los intentos, seguÃa negándose a tomar el biberón. Mis médicos me dijeron que podÃa seguir dándole el pecho, pero que me preparara para destetarla. De vez en cuando me salÃa leche materna por el orificio de la biopsia. Amamantar con el pecho izquierdo era doloroso, pero me aseguraron una y otra vez que no le harÃa daño a mi hija. Acabamos destetándola de golpe el dÃa de mi PET, ya que mi leche no habrÃa sido segura después de esa prueba.
Al dÃa siguiente estaba en una cita con un ginecólogo oncólogo y programada
cirugÃa para el dÃa siguiente para extirparme el ovario derecho y las trompas de Falopio. Como mi
cáncer de mama era tan agresivo, no podÃamos permitirnos retrasarlo para probar lo que podrÃa
posiblemente esté en mi ovario. Me extirparon el ovario derecho y la trompa de Falopio la semana antes de Acción de Gracias. De alguna manera, todo salió benigno. Mi cirujano no pudo encontrar ninguna masa. Nadie tenÃa una explicación, aunque mis análisis de sangre han mostrado cifras normales desde entonces.
Empecé quimio Adriamycin/Cytoxan (AC) el dÃa antes de Acción de Gracias, y nuestros maravillosos vecinos nos trajeron la cena para que no tuviéramos que cocinar. Se me empezó a caer el pelo 13 dÃas después, el dÃa antes del segundo ciclo. Hice cuatro rondas de AC, seguidas de 12 rondas de Taxol.
Tras completar la quimioterapia, me dieron un par de semanas para recuperarme y completamos nuevas pruebas de imagen para preparar la operación. A finales de abril me hicieron las siguientes pruebas: otra mamografÃa, una ecografÃa y una tomografÃa por emisión de positrones. Mi tumor se habÃa reducido a 0,8 cm. Gracias a ello, mi cirujano pudo sugerirme una tumorectomÃa, seguida de radiación. Durante la tumorectomÃa, el cirujano me extirpó tres ganglios linfáticos sospechosos de la axila, ¡y no habÃa indicios de que el cáncer se hubiera extendido más allá de la mama!
La patologÃa de la enfermedad restante volvió como triple negativo, por lo que actualmente estoy
tomando Xeloda, una quimioterapia oral que a veces se recomienda para pacientes con TNBC.. Ha sido un largo camino, pero estoy muy contenta de no haber esperado más para que mi médico revisara mis sÃntomas. Me queda un ciclo más de Xeloda y espero haber terminado.
Cuando me reunà con mi nueva cirujana, la Dra. Melissa Camp, en el Hospital Johns Hopkins el 5 de noviembre de 2021, me dijo que les diera un año. Que recordarÃa toda esta experiencia como un bache que tenÃa que superar. Ya llevamos algo más de un año con el régimen de Xeloda. La experiencia fue todo lo que su personal y mi equipo médico oncológico dijeron que serÃa.
He podido mantenerme activa y quiero pasar todo el tiempo que pueda con mi marido y mis hijas. Hemos hecho algunos viajes y esperamos hacer más. Espero completar el tramo de Pennsylvania del Sendero de los Apalaches. Pero lo que realmente quiero hacer es darlo todo. Quiero que las mujeres jóvenes sepan que no somos inmunes a esta terrible enfermedad, a pesar de lo que muestren las estadÃsticas. Quiero dar apoyo a las mujeres que conozco, asà como a desconocidas, que están pasando por esto, como otras hicieron conmigo. Pero quiero que la gente sepa que nuestra mejor -y a veces única- defensora somos nosotras mismas. Y que nunca debemos dejar de luchar por nosotras mismas.
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Gracias por compartir tu historia, Mandy. ¡SBC te quiere!
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