Es posible que conozca la frase "somos lo que comemos". Lo que quizá le sorprenda es que sus orígenes se remontan al siglo XIX, cuando se dice que un abogado, político y famoso gastrónomo francés pronunció por primera vez una versión francesa similar del dicho popular. Desde entonces, el concepto ha servido de base para libros superventas y planes de nutrición completos.
Sabemos desde hace tiempo que la dieta contribuye a nuestra salud. Es un concepto sencillo: una buena nutrición ayuda a los niños a crecer y desarrollarse y contribuye a la salud a lo largo de toda la vida. Una dieta poco saludable se asocia a efectos nocivos, como la obesidad, las enfermedades cardiacas y los accidentes cerebrovasculares, la diabetes de tipo 2 y el cáncer. Los estudios también han encontrado una correlación entre una dieta rica en azúcares refinados y el deterioro de la función cerebral-y pruebas de que puede empeorar los síntomas de trastornos del estado de ánimo, como la depresión.
La conexión entre el cáncer de mama y la nutrición
Es probable que haya oído informes contradictorios sobre el efecto de ciertos alimentos en el cáncer de mama. Un año lees que la soja contribuye al cáncer de mama, y un año después, lees que la soja reduce el cáncer de mama. Es comprensible que una persona se sienta confusa y frustrada. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no aciertan?
La ciencia evoluciona constantemente. Los avances tecnológicos permiten a los investigadores obtener nueva información y aprender cosas nuevas. Un gran ejemplo de ello es el progreso de las pruebas genéticas para el cáncer de mama, que empezaron a estar disponibles hace sólo veinticinco años. Esos nuevos conocimientos pueden llevar a los científicos a sacar nuevas conclusiones que contradigan la información anterior. Esto no significa que la ciencia sea errónea, sólo que se han descubierto nuevas pruebas.
Alcohol y cáncer de mama
Múltiples estudios han demostrado la relación entre el consumo de alcohol y el cáncer de mama. Dos artículos publicados en The New England Journal of Medicine en 1987 determinaron que, incluso a niveles moderados, el consumo de alcohol estaba asociado al riesgo de cáncer de mama. Desde entonces, se han realizado numerosos estudios a escala mundial con las mismas conclusiones.
Varios estudios examinaron el consumo de alcohol con otros factores de riesgo conocidos del cáncer de mama, como la dieta, las condiciones genéticas, el índice de masa corporal, los niveles de actividad física y el tabaquismo.
Soja y cáncer de mama
En los últimos 25 años se ha debatido mucho sobre si la soja aumenta el riesgo de cáncer de mama. Por el contrario, los resultados de investigaciones recientes indican que la soja y los alimentos a base de soja, como el tempeh, el tofu y el miso, reducen el riesgo de cáncer de mama..
Un estudio encargado por el Instituto Nacional del Cáncer y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer determinó que la culpable es la leche de vaca. Beber leche de vaca aumenta el riesgo de cáncer de mama hasta en un 80% en comparación con la leche de soja.
La Clínica Mayo atribuye la confusión a las isoflavonas (estrógenos vegetales) presentes en la soja. Los altos niveles de estrógeno se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama; sin embargo, los niveles de isoflavonas en las fuentes alimentarias de soja no son lo suficientemente altos como para aumentar el riesgo de cáncer de mama.
Sin embargo, los suplementos de soja o isoflavonas suelen contener niveles más elevados de isoflavonas. Algunos estudios han sugerido una relación entre los suplementos de soja o isoflavonas y un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres con antecedentes familiares o personales de cáncer de mama o problemas de tiroides. Es útil entender las diferencias entre la soja natural y sin procesar y los suplementos y aditivos de soja.
Azúcar y cáncer de mama
Se ha implicado al azúcar como causa del cáncer de mama, ya que se considera que proporciona un frenesí alimenticio que permite a las células cancerosas crecer rápidamente sin control. Como todas las células, las cancerosas necesitan energía para crecer y multiplicarse, y utilizan la glucosa como principal fuente de combustible.
La glucosa es la forma más simple de azúcar y procede de cualquier alimento que contenga hidratos de carbono. Esa lista incluye alimentos saludables, como verduras, frutas, lácteos, cereales integrales, hidratos de carbono refinados y alimentos con azúcares añadidos, como el pan blanco, la pasta, las bebidas azucaradas y los dulces.
La idea de que el azúcar acelera el crecimiento de las células cancerosas ha llevado a algunas personas a eliminar por completo todos los carbohidratos de su dieta basándose en la creencia de que las células cancerosas necesitan glucosa; eliminarla detendrá el crecimiento del cáncer. No se ha demostrado que el azúcar acelere el crecimiento de las células cancerosas.ni se ha demostrado que eliminar el azúcar de la dieta frene el crecimiento de las células cancerosas. No es tan sencillo.
La glucosa es un componente crítico necesario para el funcionamiento de las células sanas, y no hay forma de que nuestro cuerpo deje que las células sanas tengan la glucosa que necesitan pero impida que alimente a las células cancerosas. Eliminar la ingesta de carbohidratos de los alimentos que comemos no funciona porque nuestro cuerpo fabricará glucosa a partir de otras fuentes, como las proteínas y las grasas.
Existe una relación indirecta entre el azúcar y el cáncer. Sabemos que comer muchos alimentos azucarados, como pasteles, galletas y bebidas azucaradas, puede contribuir al aumento de peso y al exceso de grasa corporal. Las investigaciones han demostrado que el sobrepeso o la obesidad aumentan el riesgo de 11 tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama posmenopáusico.
Otro estudio publicado en el Revista Americana de Nutrición Clínica descubrió que en una cohorte de más de 100.000 personas cuya ingesta alimentaria se evaluaba cada seis meses, el azúcar se asociaba con el cáncer, especialmente con el de mama. Sin embargo, los azúcares de la fruta no riesgo de cáncer. Algunos científicos están investigando la posibilidad de medir el azúcar para detectar el cáncer de mama.
Seguimos aprendiendo el impacto de la nutrición en nuestra salud y cómo la comprensión de nuestras elecciones dietéticas puede beneficiar nuestra capacidad para prevenir el cáncer de mama. Seguir una dieta sana también puede ayudarle a sentirse mejor. Consulte nuestras pautas para una dieta sanay forme parte de nuestra comunidad, incluyendo nuestro Encuentros de Supervivientes de Cáncer de Mama y Amigos. Siempre estamos aquí para ti.