Por Rod Ritchie
He escrito mucho sobre el estigma que sufren muchos hombres cuando se les diagnostica un cáncer de mama. Se trata de algo realmente importante, y muy a menudo aparece, incluso antes del diagnóstico, cuando un hombre se pregunta por un bulto detrás del pezón o incluso por una secreción del pezón. Puede que su pareja o una amiga le aconseje que se haga un chequeo, pero muchos hombres aún no han superado la sorpresa de que puedan padecer esta enfermedad y se avergüenzan de entrar en un mundo de color rosa.
Edito historias de cáncer de mama masculino para la Alianza Mundial contra el Cáncer de Mama Masculino y de los aproximadamente 2.600 hombres diagnosticados cada año en Estados Unidos, sólo una docena o así se presentan para contar su historia. Una vez más, no hay suficiente conciencia pública de que el cáncer de mama no tiene género.
Por supuesto, es muy obvio que las mujeres son mejores no sólo para hablar entre ellas de sus dolencias, sino también para buscar atención médica cuando están realmente preocupadas. Además, cuentan con la ventaja de la concienciación pública y la amplia investigación sobre la enfermedad basada en los resultados de ensayos realizados en cientos de miles de mujeres. La buena noticia es que la FDA ha pedido recientemente a las instituciones de investigación que consideren la posibilidad de incluir a los hombres cuando presenten propuestas de investigación. Sin el beneficio de la investigación basada en pruebas, los hombres seguirán siendo tratados utilizando los resultados de la investigación de las mujeres.
Tengo que decir que no he sucumbido a muchos estigmas. No sé si se debe a que mi madre fue tratada de un cáncer de mama metastásico. A menudo he pensado que si se lo hubieran diagnosticado 10 años más tarde, se habría beneficiado de los fármacos quimioterapéuticos que se estaban introduciendo en aquel momento. Así las cosas, se sometió a una mastectomía radical y a una radioterapia muy fuerte, pero no bien dirigida. Yo tenía 10 años cuando vi a mamá salir de la ducha. Tenía el pecho lleno de cicatrices y esa imagen sigue presente en mi mente. Murió dos años después, a los 40.
Durante demasiado tiempo, los hombres se han visto sorprendidos por este cáncer. Me he propuesto ser un defensor activo de los hombres con cáncer de mama a través de mis escritos, mi asesoramiento a pacientes, mi presencia activa en las redes sociales y, a veces, mediante la acción directa. Hace unos años, en una gran carrera popular contra el cáncer de mama en una capital, pedí un turno de micrófono. El médico, que me miró con cierto recelo, me lo pasó y le dije: esta enfermedad no tiene género, hombres, si os notáis un bulto, hacéroslo mirar, o si tenéis antecedentes familiares de cáncer de mama o de próstata, uníos a un programa de detección. Después de esto me retiraron el micrófono. Había roto el código de silencio que rodea a los hombres y esta enfermedad. No me importaba. A menos que todos hagamos ruido, nunca cambiaremos nada.
Lo más importante para todos los defensores de pacientes que conozco que trabajan para explicar la naturaleza sin género del cáncer de mama, es eliminar los estereotipos sexuales. Esto se puede conseguir presionando a las grandes organizaciones benéficas rosas para que nos incluyan en sus campañas de educación y concienciación, abogando por más investigación que incluya a hombres de todas las razas y haciendo un verdadero esfuerzo por reducir el estigma que conlleva ser un hombre con esta enfermedad.
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Rod Ritchie es un escritor nacido en Sidney, editor de Internet y activista en favor de los pacientes con cáncer de mama, que padece cáncer de mama y de próstata. Actualmente es NED para ambos. Es Presidente de la Junta Directiva de la Alianza Mundial contra el Cáncer de Mama Masculino y tiene un sitio web en MaleBC.org y puedes seguirle en Twitter @malefitness
Sus artículos para Health Union pueden consultarse aquí: https://advancedbreastcancer.net/author/traveltext