Por Kristen Carter
Querida Kristen, Siempre he sido una persona positiva y estoy tratando de mantenerme positiva desde mi reciente diagnóstico de cáncer, pero es un trabajo duro. Creo que nuestras emociones y pensamientos ayudan a crear nuestra realidad, y que mis pensamientos positivos me ayudarán con la curación. ¿Cómo puedo mantenerme optimista en lugar de ceder al miedo, la ansiedad y otras negatividades?
Estimado lector,
Tienes razón en que nuestras actitudes desempeñan un papel importante en nuestra curación, y pensé en darte algunos datos concretos que lo corroboran.
En un estudio, Lisa Yanek, investigadora del Johns Hopkins, y sus colegas analizaron los efectos del pensamiento positivo y negativo en pacientes con antecedentes familiares de cardiopatías. Sus hallazgos concluyeron que las personas con antecedentes familiares de cardiopatías que también tenían una perspectiva positiva tenían un tercio menos de probabilidades de sufrir un infarto u otro episodio cardiovascular en un plazo de cinco a 25 años que las que tenían una perspectiva más negativa.
Los hallazgos de Yanek son relevantes para quienes padecemos cáncer de mama porque el pensamiento positivo ofrecía protección frente a los daños inflamatorios del estrés (la inflamación también es un factor del cáncer), y las personas más positivas también tomaban mejores decisiones sobre su salud y su vida.
Por otro lado, los investigadores descubrieron que las emociones negativas pueden debilitar las respuestas inmunitarias.
Los científicos del campo de la psicología positiva también han realizado numerosas investigaciones sobre la relación entre nuestras emociones y nuestra salud. En diversos estudios, las personas que declararon tener los niveles más altos de felicidad también tenían:
Mejora de la salud cardiaca (Steptoe & Wardle, 2005)
La capacidad de combatir el estrés de forma más eficaz (Zautra, Johnson y Davis, 2005).
Menor riesgo de ictus (Ostir, Markides, Peek y Goodwin, 2001)
Un sistema inmunitario más fuerte, lo que conlleva una mayor salud en general y la capacidad de combatir enfermedades y dolencias de forma más eficaz (Stone et al, 1987, Cohen et al, 2003, Marsland et al, 2006).
Un estilo de vida más saludable en general que incluya seguir una dieta más sana (Dubois et al, 2012), realizar más actividad física (Sapranaviciute-Zabazlajeva et al, 2017) y superar los malos hábitos de sueño (Steptoe et al, 2008).
Una mayor capacidad para mitigar el dolor (Zautra, Johnson & Davis, 2005)
Aumento de la longevidad: Los investigadores creen que debido al impacto que la felicidad tiene en todos los beneficios para la salud mencionados anteriormente, en última instancia, puede ayudar a vivir una vida más larga (Carstensen et al, 2011, Lawrence, Rogers & Wadsworth, 2015, Chida & Steptoe, 2008).
Así pues, hay muchas razones para apoyarse en las emociones positivas y cultivar toda la energía positiva posible.
Pero todo esto no significa que debamos intentar ser sólo positivas todo el tiempo. Hacerlo sería ignorar la realidad cuando se vive con algo tan grave como el cáncer de mama. Todos los tus pensamientos y sentimientos son válidos, y tratar de reprimir los negativos es como intentar mantener bajo el agua una pelota de playa inflada: agotador e inútil. Tarde o temprano aparecerá.
El truco está en no obsesionarse con esos pensamientos negativos, rumiándolos y dejando que se apoderen de toda nuestra vida.
Para procesar las emociones negativas, prueba esta técnica:
Toma una emoción negativa a la vez e imagínala como un pequeño ser humano o criatura de pie en la palma de tu mano izquierda. ¿Qué aspecto tiene? ¿Un monstruo? ¿Un dictador? ¿Un padre regañón? ¿Una versión salvaje de ti mismo?
¿Qué tiene que decir? Déjala que diga todo lo que piensa hasta que se quede más callada y más quieta.
Dale las gracias por compartir contigo toda esa valiosa información y compadécete de sus emociones diciéndole algo así como: "Entiendo perfectamente lo que me cuentas y empatizo con lo que estás pasando. No es fácil".
Pregúntale qué es lo que más necesita. ¿Puedes concederle ese deseo? Si la respuesta es afirmativa, prométele que lo harás. Si no, dile que harás todo lo posible por encontrar la solución.
Pregunta si hay algo más que esta personita quiera decirte, y repite los últimos pasos hasta que se sienta plenamente vista, segura y apoyada por ti.
Invítala a volver a su lugar dentro de tu cuerpo/mente/sistema y prométele que la controlarás regularmente para asegurarte de que sigue sintiéndose bien.
Habla con ella a diario durante unos días, comprueba si necesita hablar contigo y repite este proceso si surgen cosas.
Hace un par de años creé un proceso de diario vespertino que me ayudaba a desarrollar mis emociones positivas y también me permitía abordar mis emociones negativas. En una página de mi diario, escribía tres cosas por las que estaba agradecida y lo que había hecho para que esas cosas sucedieran (esto crea una sensación de poder y agencia), y luego escribía una cosa que realmente me estaba molestando ese día. Esto me permitía sacar ese pensamiento de mi cabeza y ponerlo sobre el papel, y a veces era todo lo que necesitaba para seguir adelante. Otras veces, utilizaba los siete pasos anteriores para escribir en el diario y escribía hasta que sentía que entendía bien el problema y le había quitado algo de intensidad.
Por último, la mejor forma de aumentar la felicidad general es experimentar más momentos de felicidad; la felicidad es efímera, así que planifica formas de experimentar pequeñas dosis de ella tan a menudo como puedas.
xo Kristen