Por William Laferriere
Dedicado a David y a toda la maravillosa gente de Harmony and Healing
En la existencia de todos
se encuentra un ritmo y un patrón.
Así nos encontramos conscientemente
profundamente arraigada en
un universo cósmico y rítmico.
Miremos donde miremos
ritmos viables disciernen.
Se encuentran en todos los patrones
moviéndose a través del
dimensiones del tiempo y el espacio.
Está ahí según el ciclo de las estaciones,
en la migración de las aves,
las mareas y las olas de los océanos,
de los ríos hacia el mar,
los crecientes y menguantes de la luna,
la fructificación, la cosecha y la muerte de las plantas,
el nacimiento, el desarrollo y la muerte de todos los seres sensibles.
El ritmo musical, en sus múltiples manifestaciones,
nos ha servido bien a lo largo del tiempo.
Se cree que se originó
durante el Paleolítico medio,
que datan de hace unos 50.000 años.
Es una prueba representada por los bailarines
de antiguos bocetos rupestres
e instrumentos primordiales desenterrados.
Este ritmo se reconoce desde hace tiempo
como una herramienta tan poderosa,
conocido por elevar el espíritu,
por evocar una multitud
de respuestas emocionales.
Puede relajar o estimular.
O prestarse a curar.
Hoy en día se atribuye al ritmo
mejorar los resultados médicos y la calidad de vida,
de formas multitudinarias.
Escuchar música
puede reducir la ansiedad asociada a
quimioterapia y radioterapia.
puede calmar las náuseas y limitar
vómitos para los receptores.
En general, la musicoterapia puede disminuir
reconocimiento del dolor,
reduciendo así la cantidad
de medicamentos necesarios.
Puede aliviar la depresión,
y dan sensación de control.