Por Goldiin Kelvins
En la vida, conocí a una chica tan fuerte, valiente y verdadera,
Entre cuatro paredes, luchaba, un taco constante.
Sobreviviendo, no viviendo, se enfrentaba a una lucha sin tregua,
Moremi, un alma joven navegando por la vida.
Nacido en el oeste de Nigeria, en el abrazo de África,
Su recuerdo perdura, el espacio sagrado de mi corazón.
Intento desviar mis pensamientos, pero no puedo negarlo,
Su mirada inocente, una súplica en cada ojo oscuro.
Su mente desconcertada, imaginando el mundo exterior,
Sin embargo, la esperanza menguó, como una marea que se desvanece.
Luchó contra la enfermedad, un alma joven y valiente,
Sin embargo, luchó con más fuerza, cobrándose su peaje.
Una guerrera de 12 años, coraje en su mirada,
Sin embargo, la enfermedad, un terror despiadado en el aire.
Decidida a vivir, sueña que concebirá,
Pero la enfermedad amenazaba, atrayendo los sueños al duelo.
Los médicos y los equipos lucharon, los latidos de su corazón descendieron,
Los sistemas corporales fallan, un lamento desesperado.
Sin embargo, se sobresaltaba, jadeando,
Las lágrimas goteantes de una madre, la oración silenciosa de un padre.
Deseando la liberación, de las manos que lo intentaron,
De las garras de sus seres queridos, en el dolor, se escondería.
Ahogándose en el pozo donde empezó la vida,
Sus lágrimas resonaron, un plan desgarrador.
Hoy, la depositamos en el abrazo de la tierra,
El cáncer reclama la victoria, un sabor amargo.
A los que luchan, coraje les envío,
Que sus historias no tengan este trágico final.
Perdí una niña, perdí una sobrina, pena en el viento,
Adieu, Moremi, donde comienzan los recuerdos.
Comparta su poesía:
Sobrevivir al cáncer de mama.org Recursos y apoyo: