Por Laura Carfang
¿Qué es el linfedema?
El linfedema es una afección crónica caracterizada por la acumulación de líquido linfático en los tejidos, lo que provoca hinchazón, molestias y, a veces, dolor. Suele producirse cuando el sistema linfático está dañado o deteriorado, lo que dificulta el correcto drenaje del líquido linfático de la zona afectada.
Comprender el líquido linfático:
El líquido linfático es un componente vital del sistema linfático, que desempeña un papel crucial en la función inmunitaria del organismo. Este líquido contiene glóbulos blancos llamados linfocitos, que ayudan a combatir las infecciones y a eliminar los productos de desecho de los tejidos. El líquido linfático circula por una red de vasos linfáticos, filtrándose a través de los ganglios linfáticos, antes de volver al torrente sanguíneo.
Cáncer de mama y linfedema:
Las personas que se someten a un tratamiento contra el cáncer de mama, como cirugía o radioterapia, pueden sufrir daños en el sistema linfático. Los ganglios linfáticos pueden extirparse o dañarse durante la cirugía, lo que interrumpe el flujo natural del líquido linfático. Además, la radioterapia puede causar cicatrices e inflamación en los vasos linfáticos, lo que dificulta aún más el drenaje linfático.
Prevención del linfedema:
Las personas diagnosticadas de cáncer de mama pueden tomar medidas proactivas para reducir el riesgo de desarrollar linfedema.
Algunas medidas preventivas son:
Ejercicio suave: Realizar ejercicios de bajo impacto, como caminar o nadar, puede favorecer la circulación linfática sin sobrecargar la zona afectada.
Prendas de compresión graduada: El uso de mangas o prendas de compresión puede ayudar a sostener el sistema linfático y evitar la acumulación de líquidos.
Cuidado de la piel: Practicar una buena higiene de la piel y evitar cortes, quemaduras u otras lesiones puede reducir el riesgo de infección, que puede exacerbar el linfedema.
Evitar la ropa ajustada: La ropa o los accesorios ajustados, como sujetadores con aros o joyas apretadas, pueden restringir el flujo linfático y deben evitarse.
Manejo del linfedema:
A pesar de las medidas preventivas, algunas personas pueden desarrollar linfedema. Si experimenta síntomas como hinchazón, pesadez o tirantez en la extremidad afectada, es esencial que busque atención médica rápidamente. Las opciones de tratamiento del linfedema pueden incluir:
Drenaje linfático manual (DLM):
La LDM es una técnica de masaje especializada realizada por terapeutas formados. Consiste en movimientos suaves y rítmicos que estimulan los vasos linfáticos, favoreciendo el drenaje del exceso de líquido de la zona afectada. El DLM puede ayudar a aliviar la hinchazón, mejorar la circulación y potenciar el funcionamiento del sistema linfático.
Terapia de compresión:
La terapia de compresión es la piedra angular del tratamiento del linfedema. Consiste en aplicar presión a la extremidad afectada mediante el uso de prendas de compresión, vendajes o vendas. La compresión ayuda a reducir la hinchazón, evita la acumulación de líquido y proporciona soporte a los tejidos. Las prendas de compresión se presentan en varios estilos, tamaños y niveles de compresión, que van desde la compresión ligera a la alta compresión. Es esencial trabajar con un terapeuta cualificado o un ajustador certificado para asegurarse de que obtiene el ajuste y el nivel de compresión adecuados a sus necesidades.
Terapia de ejercicios:
El ejercicio desempeña un papel crucial en el tratamiento del linfedema, ya que favorece la circulación linfática y el movimiento muscular. Sin embargo, es esencial realizar ejercicios seguros y adecuados para su enfermedad. Un fisioterapeuta cualificado puede desarrollar un programa de ejercicios personalizado que incluya actividades como estiramientos suaves, entrenamiento de fuerza y ejercicios aeróbicos.
Cuidado de la piel:
El cuidado adecuado de la piel es esencial para que las personas con linfedema prevengan infecciones y complicaciones. Esto incluye mantener la piel limpia e hidratada, evitar cortes y heridas, proteger la piel de la exposición al sol y practicar buenos hábitos de higiene.
Encontrar al terapeuta cualificado adecuado:
Cuando se busca tratamiento para el linfedema, es fundamental encontrar un terapeuta cualificado especializado en trastornos linfáticos. Aquí tienes algunos consejos para encontrar al terapeuta adecuado:
Pida referencias: Pida recomendaciones a su profesional sanitario, oncólogo o grupos de apoyo para supervivientes de cáncer de mama. Es posible que puedan recomendarte terapeutas con experiencia en tu zona.
Comprueba las credenciales: Busca terapeutas que hayan recibido formación especializada y certificación en el tratamiento del linfedema. Ta Red Nacional del Linfedema (NLN) y la Asociación de Linfología de Norteamérica (LANA) ofrecen programas de certificación para terapeutas del linfedema.
Experiencia en investigación: Pregunte por la experiencia del terapeuta en el tratamiento del linfedema, especialmente en supervivientes de cáncer de mama. Un terapeuta con amplia experiencia en este campo estará mejor preparado para comprender tus necesidades específicas y proporcionarte un tratamiento eficaz.
Programar una consulta: Antes de comprometerse con el tratamiento, programe una consulta con el terapeuta para hablar de su enfermedad, los objetivos del tratamiento y cualquier preocupación que pueda tener. Esto le permitirá evaluar su experiencia y determinar si son los adecuados para usted.
¿Es bueno nadar para controlar el linfedema?
A título personal, he notado que nadar largos me ha ayudado a controlar el linfedema. La natación puede ser beneficiosa para las personas con linfedema, pero es esencial abordar estas actividades con precaución y consultar con un profesional sanitario antes de iniciar cualquier nuevo régimen de ejercicio.
La natación es especialmente beneficiosa para mí por varias razones:
1. Ejercicio de bajo impacto:
La natación es un ejercicio de bajo impacto, lo que significa que somete a las articulaciones y los músculos a una tensión mínima en comparación con actividades de alto impacto como correr o levantar pesas. Para las personas con linfedema, especialmente en las extremidades, es crucial evitar las actividades que impliquen un fuerte impacto o movimientos repetitivos para no exacerbar la hinchazón y las molestias. La natación permite ejercitar todo el cuerpo sin someter las extremidades a un esfuerzo excesivo.
2. Presión hidrostática:
La presión hidrostática del agua durante la natación proporciona una compresión natural al cuerpo. Esta presión ayuda a mejorar la circulación sanguínea y el flujo linfático, contribuyendo a eliminar el exceso de líquido de la extremidad afectada. La presión hidrostática también ayuda a reducir la hinchazón y favorece la cicatrización de los tejidos. Sujeta eficazmente el cuerpo, facilitando los movimientos y haciéndolos menos extenuantes, lo que puede ser especialmente beneficioso para las personas con una función linfática comprometida.
3. Circulación linfática:
Los movimientos rítmicos de la natación, como las patadas y las brazadas, favorecen la circulación linfática. Como el líquido linfático depende del movimiento muscular y de la presión externa para fluir por los vasos linfáticos, los movimientos repetitivos de la natación ayudan a facilitar este proceso. Al fomentar la circulación linfática, la natación ayuda a reducir la acumulación de líquidos, aliviar la hinchazón y mejorar el funcionamiento general del sistema linfático.
Precauciones:
Aunque la natación ofrece numerosos beneficios a las personas con linfedema, es esencial tener precaución y seguir las directrices de seguridad:
Aumente gradualmente la duración y la intensidad de las sesiones de natación para evitar el sobreesfuerzo.
Proteja la extremidad afectada de lesiones o tensiones utilizando dispositivos de flotación o llevando prendas de compresión si es necesario.
Vigile cualquier signo de malestar o empeoramiento de los síntomas durante o después de la natación, y ajuste su rutina en consecuencia.
Consulta a un profesional sanitario o a un especialista en linfedema antes de empezar un programa de natación, sobre todo si tienes algún problema o afección médica subyacente.