La respuesta corta es sí.
¿Qué es la positividad tóxica?
El Grupo de Psicología define la positividad tóxica como "la sobregeneralización excesiva e ineficaz de un estado feliz y optimista en todas las situaciones. El proceso de positividad tóxica resulta en la negación, minimización e invalidación de la auténtica experiencia emocional humana". (Consulta su tabla de Positividad Tóxica a continuación y no dudes en compartirla).
Aunque en survivingbreastcancer.org creemos firmemente en el poder de la positividad reconocemos que cuando la positividad se utiliza para encubrir o silenciar la experiencia humana, tiende a volverse tóxica. Al negar la existencia de pensamientos, sentimientos y emociones críticos, podemos estar cayendo en un estado negativo de represión, que puede ser un punto de inflexión hacia la depresión.
Reconozcámoslo: como humanos, todos tenemos defectos. Sufrimos la ignominia de los celos, la ira, el resentimiento, la inutilidad, la insuficiencia y la codicia. Y por eso debemos afrontar que la vida puede ser abrumadora, dolorosa e insuficiente. Así que no finjamos que todo se reduce a las vibraciones positivas o al buen rollo; no neguemos la validez de la auténtica experiencia humana.
¿Por qué es perjudicial la positividad tóxica?
La positividad tóxica lleva el pensamiento positivo al extremo, no sólo colocando el optimismo en un pedestal, sino también negando las emociones humanas. Puede convertirse en una forma de vergüenza, ya que envía la señal de que nuestros sentimientos son erróneos. También puede hacer que nos sintamos culpables de estar "rotos" y de tener que "arreglar" lo que sentimos.
También hay señales sutiles que pueden aparecer cuando amigos, familiares y compañeros esperan que "superemos" algo, que nos olvidemos de los problemas y que dejemos nuestros asuntos personales en la puerta cuando llegamos al trabajo.
¿Sufres de positividad tóxica?
Las 5 señales del positivismo tóxico
Hay muchos signos reveladores de que uno se está acercando a la Positividad Tóxica, incluidos estos cinco principales:
- Sentirse culpable por su estado emocional
- Avergonzar a los demás por su positividad
- Negar tus verdaderos sentimientos
- Minimizar la experiencia
- Esconderse tras el velo de la perspectiva
Cómo superar la positividad tóxica
Existen soluciones para escapar de la Positividad Tóxica. Confía en que tus emociones desempeñan un papel fundamental en tu vida y/o en tu recuperación. Aceptar las emociones difíciles sirve como mecanismo de afrontamiento y disminuye la intensidad de esos sentimientos. Reconoce esa aceptación cuando hables de lo duro que ha sido tu día, o de cómo estás teniendo dificultades con tu tratamiento médico, con tu cuidador, pareja, padres, amigos o familiares. Es importante aliviarse, desahogarse, especialmente de esas vibraciones negativas. Es como quitarse un peso de encima, aunque sea más difícil que fingir que todo va bien.
Las emociones no son todas positivas o todas negativas. Piensa en ellas como si fueran barandillas: Nos ayudan a dar sentido a la vida. Si está triste por haber dejado a su equipo de atención primaria, probablemente significa que esa experiencia fue significativa, satisfactoria y tranquilizadora. Si siente ansiedad por entrar en la fase posterior al tratamiento activo, probablemente significa que le preocupan las recidivas o cómo le perciben los demás.
Los sentimientos no son sólo una forma de que nuestra mente nos dé pistas sobre lo que está ocurriendo; también ayudan a comunicar información a quienes nos rodean. Si estamos tristes, puede atraer consuelo. Si transmitimos culpa, ayuda a la llamada del perdón.
Aunque puede ser beneficioso intentar ver el lado bueno de las cosas y encontrar el lado positivo en las innumerables experiencias de la vida, también es importante reconocer y escuchar nuestras emociones cuando no son tan agradables. Nadie puede ser un rayo de sol todo el tiempo; los seres humanos no funcionamos así. De hecho, prestar atención y procesar las emociones a medida que aparecen y desaparecen puede ayudarte a comprenderte mejor a ti mismo y permitir que los que te rodean te ayuden aún más.