"Tenía 23 años cuando noté un pequeño bulto en el pecho. Mi médico me dijo que no me preocupara. Probablemente se trataba de un quiste. Una semana después, me llamaron para decirme que el "quiste" era en realidad una forma agresiva de cáncer de mama. Tras un año agotador de quimioterapia y radioterapia, había perdido el sentido de la identidad después de raparme el pelo pelirrojo que me llegaba hasta los hombros. Ya no confiaba en mi cuerpo, pero preveía que lo peor había pasado.
Tenía 25 años cuando me reapareció el cáncer. Decidí extirparme los dos pechos para asegurarme de que sería la última vez que me enfrentaba a esta enfermedad. Mientras planeaba mi doble mastectomía, los cirujanos no me dijeron nada sobre la posibilidad de que el cáncer se extendiera a otras partes de mi cuerpo después de la operación.
Tenía 28 años cuando me diagnosticaron un cáncer de mama terminal. Si mi historia puede ayudar aunque solo sea a una persona, habrá merecido la pena".
Melissa tenía 32 años cuando un cáncer de mama metastásico la arrebató de este mundo.
El legado de Melissa
Melissa creía en el poder del cine y dedicó su vida a utilizar ese poder para apoyar a mujeres y remiendos afectados por el cáncer en todo el mundo.
Nosotros en el Fundación Melissa y Jimmy Boratyn queremos estar a su altura creando arte que tenga impacto.