Bpor Rosalía Quintano
Me pregunto... Me pregunto con qué nombre se presenta cuando te conoce por primera vez, y me pregunto si te mira directamente a los ojos mientras te estrecha la mano como si fuera un símbolo de compromiso... Me pregunto si fue concebido el mismo día que tú o incluso si creció contigo en el mismo vientre, o tal vez sólo sea una coincidencia tenerle como compañero de piso para toda la vida...
Me pregunto qué palabras utiliza para convencerte de que dejes de tenerle miedo y hagas las paces, porque sólo así podrás seguir viendo la luz.
Me pregunto a qué tipo de juegos juegas con él y si te cuenta los secretos de su vida mientras tú le das todos los tuyos. Porque a partir de ahora será eternamente tuyo, para bien o para mal, parte de ti, como esos matrimonios que duran toda la eternidad.
Me pregunto si su ser invencible e indestructible es un superpoder que sólo él puede permitirse tener. Me pregunto si alguna vez ha tenido la oportunidad de enfrentarse a uno de los mayores enemigos del miedo, la Esperanza. Me pregunto si la justicia es su amiga o su enemiga.
Me pregunto qué tipo de cuentos de hadas te susurra al oído para transformar tu mirada de terror en una mezcla de serenidad y aceptación.
Me pregunto si las adicciones que comparte contigo, hechas de cócteles de drogas, le dan momentos de lucidez y tocan su conciencia.
Me pregunto qué tipo de razones te da para hacerte creer que tus seres queridos estarán bien. Me pregunto si alguna vez te ha pedido permiso para alojar a su familia en tu casa y dejarles sentarse en tus espacios más íntimos.
Me pregunto cómo es capaz de seducirte para que caigas en sus brazos.
Me pregunto si la empatía llama a su puerta de vez en cuando pidiéndole que tenga piedad. Me pregunto si su encanto se parece al de un encantador de serpientes.
Me pregunto si, a veces, su decisión de dejarte se debe a que tú decidiste enfrentarte a él y cortarle el rollo, o es sólo una coincidencia.
Me pregunto si se despide antes de entrar en el más allá y cómo lo hace. Me pregunto si alguna vez alguien intentó empujarle a las llamas del infierno mientras derramaba sus lágrimas de cocodrilo durante el último adiós.
Me pregunto si su fama sólo es conocida en el planeta Tierra o también lo es en otros lugares... Me pregunto si gritar su nombre en voz alta puede alejarlo de mí: Cáncer.
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