Por William Laferriere
(La ética de un cuento de genética - dedicado a Trish)
Érase una vez un poeta del siglo XVIII
señaló acertadamente que algunos nacieron para la miseria
luego habló de la noche sin fin
y todo lo que concierne.
Mientras buscamos el progreso
descubrimientos de mutaciones en la línea germinal
nos permiten ver a través del ojo
de la verdad que ha de ser.
Y navegar por la lucha naciente
discernir la ética de la participación
compartir detalles
la necesidad de saber.
La protección del paciente
la ruptura de la conciencia
un poco de objetividad
la toxicidad de los detalles.
Recusación emocional del
efectos perjudiciales
comprensible e innegable
un abrir y cerrar de ojos
El sistema del honor asediado
un avance metafísico
de un tipo hasta ahora desconocido
ayuda en camino.