El ser humano es un ser social. Los primeros humanos dependían de la comunidad para sobrevivir. Vivir en clanes les permitía compartir la comida, cuidar de los niños y construir redes sociales para afrontar los retos diarios de su entorno. Hoy no somos tan diferentes. Forjamos conexiones sociales y abrazamos comunidades para aprender cosas nuevas, compartir nuestras experiencias y obtener o dar apoyo.
Cableado para conectar
Numerosas investigaciones neurocientíficas demuestran que los seres humanos estamos programados para conectar con los demás. Encontramos consuelo cuando pertenecemos a algo. Las pruebas científicas demuestran incluso que las neuronas espejo de nuestro cerebro se estimulan cuando interactuamos, haciendo que las vías de nuestro cerebro se iluminen para reflejar las emociones y comportamientos que la otra persona transmite al hablar con alguien.
La importancia de la conexión humana
La teoría de la "jerarquía de necesidades" de Maslow, publicada en 1943, sostenía que una persona no podía alcanzar la plenitud sin amor y pertenencia y que seguía de cerca a las necesidades básicas, como la comida y el cobijo. En aquel momento, había pocas pruebas científicas que respaldaran su teoría. Sin embargo, la investigación emergente da credibilidad a su teoría y la lleva un paso más allá, sugiriendo que la necesidad humana de conectar socialmente es una necesidad humana básica-tan crucial para la supervivencia como la comida, el cobijo y el agua.
Incluso sin pruebas científicas de que los seres humanos necesiten estar conectados, la forma en que vivimos nuestras vidas aclara que los humanos desean un sentido de comunidad. Crecemos en grupo: pertenezcamos a un grupo social, religioso, de Boy Scouts o Girl Scouts, o a un grupo de fitness, encontramos consuelo en la pertenencia.
In todas las culturas, las mujeres han fomentado y alimentado comunidades. Desde los círculos de costura hasta los clubes de lectura, desde las hermandades hasta las asociaciones profesionales, desde los clubes de corredoras hasta los clubes de acolchadoras, las mujeres han comprendido históricamente el poder de la comunidad.
Aunque algunos se apresuran a señalar los inconvenientes de la tecnología moderna, la otra cara de la moneda es que puede aliviar el aislamiento de quienes, por diversas razones, no pueden relacionarse en persona. La pandemia dejó claro este hecho. Las plataformas sociales como Facebook ofrecen a la gente una forma de conectar con personas afines en función de sus intereses, y se puede encontrar un MeetUp en línea para casi cualquier interés.
El vínculo entre comunidad y salud
No sólo sienta bien formar parte de un grupo; estar conectado tiene beneficios tangibles demostrados para la salud. ¿Hasta qué punto influye en la salud la conexión social de una persona? Un estudio histórico demostró que la falta de conexión social es más perjudicial para la salud que la obesidad, el tabaquismo y la hipertensión. La investigación también ha aportado pruebas convincentes de que las conexiones sociales fuertes pueden:
Aumentar la longevidad hasta en un 50%.
Ayudarle a recuperarse más rápidamente de la enfermedad
Experimentar niveles más bajos de ansiedad y depresión
Aumenta tu autoestima
La comunidad del cáncer de mama
Recibir un diagnóstico de cualquier enfermedad grave, como el cáncer de mama, puede hacer que la vida de una persona caiga en picado. Acceder a la información es esencial, pero igual de importante es conectar con otras personas que estén pasando por situaciones similares. No sólo es útil para las supervivientes, sino también para sus familias y cuidadores.
Las comunidades online de apoyo al cáncer de mama te brindan la oportunidad de conocer a otras mujeres en distintas etapas, incluidas algunas que lo padecieron hace muchos años y llevan una vida sana y feliz. Conocer a supervivientes de larga duración puede ayudarte a darte cuenta de que el cáncer de mama no significa automáticamente que estés condenada. También puedes crear un sentimiento de camaradería con quienes se encuentran en tu misma etapa y comprenden tus miedos y preocupaciones porque están pasando por una experiencia similar.
Nunca estará solo cuando forme parte de nuestra comunidad mundial. Por el contrario, estarás rodeada de otras personas afectadas por el cáncer de mama.
Nuestra jueves por la noche va más allá de una dosis constante de historias sobre el cáncer de mama. Por supuesto, la gente es generosa con sus historias personales y consejos útiles, pero también es una oportunidad para formar amistades duraderas. Te apoyarán, se reirán contigo, te empoderarán y estarán siempre a tu lado. ¿No te apetece hablar de cáncer? No hay problema, echa un vistazo a nuestro Club de lectura sobre el cáncer de mama.
Conéctese con nuestra comunidad para obtener recursos y apoyo, y sepa que no está solo.