Por Caitlin Edmunds, redactora colaboradora
El cáncer apesta y no se puede negar. Me quitó mucho... me quitó mi energía, mi atención y concentración la mayoría de los días, si no todos, mi ingenuidad, mi tiempo y mucho de mi pelo (que, sinceramente, fue una de las partes más duras).
Pero también me dio un nuevo aprecio por todos y cada uno de los días. Pararme a disfrutar de las pequeñas cosas y darme cuenta de que la vida es demasiado corta para enfadarse con el mal conductor que tienes delante o estresarse por el correo electrónico que no has contestado pero querías hacerlo antes de salir de la oficina. Me enseñó que el cuerpo humano es algo increíble, y que la cantidad de traumas y dificultades que puede soportar y de las que puede recuperarse es increíble. Me enseñó que soy mucho más fuerte de lo que creía. Pero lo más importante es que me enseñó que mi tribu es la mejor tribu.
Pasaron 234 días desde el diagnóstico hasta mi último día de tratamiento activo...
130 tapa fría cambios,
Más de 120 autoinyecciones,
unas 50 citas médicas,
30 rondas de radiación,
25 extracciones de sangre,
20 médicos,
18 ecografías,
8 rondas de quimioterapia,
4 ganglios linfáticos extirpados,
3 resonancias magnéticas,
Cirugías de 2 puertos,
1 PET de cuerpo entero,
1 TAC,
1 cirugía de extracción de óvulos y
1 cirugía de tumorectomía.
Mi vida nunca será la misma y para siempre más se dividirá en BC y AC (eso es después de cáncer, no Adriamicina para mis amigos del cáncer). Desde que descubrí mi bulto a través de un autoexamen en casa, mi misión ha sido concienciar y educar a otras mujeres jóvenes. Tengo mucha suerte de haber encontrado tanto amor, apoyo e inspiración en toda la comunidad oncológica, pero especialmente entre las mujeres con cáncer triple negativo.
Aquí tienes un enlace a mi sitio Caring Bridge que utilicé para poner al día a familiares y amigos: https://www.caringbridge.org/visit/caitlinedmunds/