COVID-19: ¿Cómo lo afrontas? "El cambio es lo único constante"
El reciente giro de los acontecimientos en relación con COVID-19 nos ha impactado a todos en esta comunidad. Plantea un trastorno en nuestra rutina diaria y cambios drásticos en la forma en que afrontamos nuestro viaje de supervivientes/tratantes del cáncer de mama. Mentiría si dijera que COVID-19 no ha sido el tema más predominante en mi mente. Todo el mundo habla de ello. Todo el mundo habla de ello. Y en mi caso, incluso sueño con ello.
Está resultando bastante abrumador, y me imagino que aún más para los miembros de nuestra comunidad de cáncer de mama que están inmunodeprimidos y corren un mayor riesgo si se exponen al virus. Controlar nuestro tratamiento y tener una rutina fija es nuestra forma de sentir que controlamos nuestra vida. Con COVID-19, se nos ha pedido que desarraiguemos cualquier sensación de control y la tiremos por la ventana.
Preguntas para sus oncólogos
¿Vas a recibir tus tratamientos?
¿Es seguro someterse a los tratamientos?
¿Se verá afectado mi equipo de médicos y, en caso afirmativo, estaré expuesto al virus por su culpa?
¿Se van a retrasar mis medicamentos?
Estas son algunas de las preguntas que pueden rondarle por la cabeza. Todas ellas son válidas y pertinentes. Llame o envíe un correo electrónico a su equipo de oncología para que evalúen la situación y le ofrezcan un plan de contingencia claro si aún no lo tiene. Lo más importante es que estés tranquilo y tengas la cabeza despejada cuando hables con tu equipo. Anote sus preguntas y resuélvalas cuando se ponga en contacto con sus médicos.
Dedicarnos a trabajar o crear un espacio privado para meditar mientras el resto de la familia está en el trabajo o en el colegio son algunas de las formas que teníamos de descansar de los tratamientos contra el cáncer, de concertar citas y de pagar esas facturas tan caras. Pero todo eso ha cambiado.
Ahora mismo, tenemos que trabajar desde casa, ¡y es duro tener constantemente a toda la familia bajo el mismo techo 24 horas al día, 7 días a la semana! Ahora bien, el peaje mental que esto nos está pasando y nos pasará, va a ser algo que no podemos elegir ignorar. Por lo tanto, es importante dar prioridad a tu salud mental también.
Estar encerrado todo el día es perjudicial para la salud mental y física. Lo más probable es que notes y sientas algunos síntomas de la fiebre del camarote (un término poco preciso para referirse a la condición de estar aislado de la sociedad durante demasiado tiempo). Prepárate para sufrir episodios de depresión, irritabilidad y cambios en la dieta y el sueño. Todos ellos son consecuencia del aburrimiento y de pensar demasiado. Busca consejo y expresa tus preocupaciones a tu familia y terapeuta si puedes. Es mejor dejarlo salir que guardárselo.
¿Qué podemos hacer? Tomar el sol una o dos veces al día durante unos 20 minutos cada vez. La vitamina D que obtendrás no sólo reforzará tu sistema inmunitario, sino que también mejorará tu estado de ánimo. Puedes dar una vuelta a la manzana, salir al patio o simplemente ponerte cerca de la ventana por la que entra más luz solar. Intenta realizar las mismas actividades que antes, pero desde la comodidad de tu casa, como hacer ejercicio en casa. También puedes bailar Tik Tok con tus hijos. Recupera viejas aficiones (yo he empezado a hornear) y aprovecha para trabajar en ese proyecto que habías dejado aparcado.
Comer sano también puede suponer una lucha.
Los mercados están siendo arrasados, con la gente comprando en pánico, y acaparando. Pero aún quedan opciones, como los supermercados asiáticos (¡sí, están bien surtidos!), las tiendas de ultramarinos (¡apoyen a las empresas locales!) y la mayoría de los restaurantes siguen haciendo entregas a domicilio (¡hay una opción sin contacto!). Es más molesto, pero en tiempos de cambio, es de esperar un poco de incomodidad.
La forma correcta de hacer frente a esta pandemia es actuar como ciudadanos del mundo. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la lucha contra este virus. Quédate en casa, mantente higiénico y ayuda a aplanar la curva. Si eres más joven (de los 20 a los 30 años) y ves que tus amigos no se aíslan, haz todo lo posible por educarles sobre cómo te están poniendo en riesgo a ti y a otras personas con enfermedades preexistentes. Tenemos la obligación social y moral de proteger a nuestra sociedad. Tengan presentes en sus oraciones a los esforzados médicos y enfermeras que se ponen en peligro a sí mismos y a sus familias cada día mientras ayudan a combatir esta pandemia. No olviden a los trabajadores sociales, a los basureros, a los trabajadores de los supermercados y al personal de limpieza, que siguen trabajando día y noche.
Superaremos esto juntos y al final seremos los mejores.
He aquí una lista de libros para su consideración lectora:
Meditaciones en caso de emergencia por Frank O'Hara
El amante japonés de Isabel Allende
El odio que das por Angie Thomas
La vigilia desperdiciada por Nadeem Aslam
El Faro de PD James
Torre de Babel por A.S. Byant
Todos ellos están disponibles en versión PDF en Amazon 😊