Ojalá alguien me hubiera dicho que me iba a sentir tan bien después de la operación. En primer lugar, me siento tan aliviada de haberme despertado de la operación. Yo nunca había tenido ninguna cirugía mayor antes, así que estaba naturalmente petrificado sobre el procedimiento, el dolor, y lo que la vida sería como "en el otro lado". Tengo que decir, con toda honestidad, que estoy sorprendentemente feliz.
Saber que me han extirpado el tumor me da una nueva sensación de alivio. Sé que tener cáncer es estresante, ¡pero estar de este lado de la operación se siente tan bien! Ahora es el momento de seguir adelante y no voy a perder ni un segundo.
Sé que el reposo es una parte importante del proceso de curación, ¡pero también lo es el movimiento! Me encantó que mi cirujano me dijera que me moviera todo lo que mi cuerpo me permitiera. Empecé a levantar los brazos y a "trepar por la pared" para poder aumentar la movilidad de los brazos lo antes posible (esto también era importante para mí, ya que tampoco quería que se formara demasiado tejido cicatricial).
Además, aunque no puedo correr, estoy decidida a caminar 8 km al día, como mínimo. Como parte de mi recuperación, es importante salir de casa, disfrutar del aire fresco y ponerme en movimiento. Caminar es una forma estupenda de hacer ejercicio para que circule la sangre y aumentar la confianza en uno mismo. Sí, me acaban de operar, tengo tres drenajes y pelusa de melocotón en el pelo, pero no voy a dejar que esto me impida disfrutar de las actividades que me gustan. Además, sé que si puedo caminar todos los días, ¡volveré a trotar y correr en poco tiempo!