Bpor Jill Rackham
En octubre de 2020 mi diagnóstico de cáncer de mama cambió mi vida para siempre.
Pero contar con unas enfermeras increíbles sin duda me ayudó a mantener la compostura.
Muchas gracias a Linda, Beth, Alison y Lorraine.
A lo largo de todo esto, sin duda me habéis ayudado a mitigar mi dolor.
Durante los tiempos oscuros, mi mente estaba desorientada.
Tus palabras me ayudaron a dejar de pensar las cosas con tanta prisa.
Me han puesto inyecciones, me han tratado, me han revisado las heridas y me han hecho análisis de sangre.
Has completado mis preoperatorios y me has hecho reír cuando no me sentía lo mejor posible.
Cuando las palabras del cirujano o del oncólogo parecían surrealistas o confusas.
Me ayudaste a entender y luego, a menudo, encontramos cosas divertidas.
Se aconsejó la realización de cuatro lotes de cirugía.
Cada vez que uno de vosotros me visitaba en la sala, me sentía menos triste.
Me habéis ayudado a adaptarme a mi nueva vida "normal".
Y me ayudó a superar los efectos secundarios de la medicación que me causaban tanta angustia.
Su excelente atención me ha ayudado a salir adelante.
Cada uno de vosotros sois como un ángel y quiero agradecéroslo de verdad.
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